lunes, 14 de diciembre de 2009

La camiseta del capitán de Honduras

Por Óscar Flores L. (Desde Tegucigalpa)
Desde aquella madrugada en que varios soldados lo sacaron de su casa en pijama –los balazos no le dieron tiempo para preocuparse por el qué dirán ni en las apariencias-, todo lo que tiene que ver con Manuel Zelaya es noticia. Y no sólo en Honduras.

Por eso no es de sorprenderse que una camiseta, cuyo valor no pasa de los cincuenta dólares, haya provocado un alboroto nacional que se llevó de encuentro a Amado Guevara, el capitán del equipo hondureño.

El embrollo lo provocó, al parecer sin querer, Flor Guevara, la madre del futbolista, un día después de que Honduras lograra en El Salvador la clasificación a Sudáfrica: “Le dije a mi hijo que le quería regalar una camiseta suya a quien sigue siendo, para mí, el legítimo presidente del país: Manuel Zelaya. Y él me respondió que sí”, recuerda la señora Guevara.

Y sigue contando: “La misma noche que logramos el pase al Mundial le recordé a Amado el asunto de la camiseta y me dijo que con todo gusto”. Flor Guevara fue a una tienda, compró una camiseta original y el capitán le puso su firma y el siguiente mensaje: “Para señor presidente Manuel Zelaya de su amigo Amado Guevara”.

Lo raro es que el capitán hondureño había estado unas horas antes en un homenaje que les hicieron a los seleccionados en casa de gobierno, y en el transcurso de su discurso dijo: “Gracias al presidente Roberto Micheletti por haber compartido con nosotros este momento histórico”. (Micheletti es quien tomó el lugar de Zelaya apenas unas horas después de que éste fuera mandado al exilio).

Micheletti, el demonio
Aunque Amado no tiene inconveniente en decirle “presidente” a uno y a otro, su mamá es clara y tiene varios calificativos para Micheletti: usurpador, golpista, mentiroso. Y también le dice “demonio”.
Al igual que la población, la prensa hondureña quedó dividida en quienes son afines a Zelaya y en aquellos que defienden a Micheletti. Ambos lados hicieron su fiesta con la camiseta. Incluso circuló en algunos medios electrónicos que “Amado Guevara le regaló al presidente Zelaya la camisa con la que jugó el día de la clasificación”.

Y de paso alababan lo que llamaban el compromiso del capitán con la democracia, su oposición firme al golpe de Estado, su amor por el pueblo, su odio por la oligarquía explotadora y otras definiciones que se han convertido en panfletarias debido al uso excesivo.

Pero Amado lo negó todo un día después desde Miami, ciudad en la que hacía escala rumbo a Toronto (juega en la Mayor League Soccer). “La noche que jugamos contra El Salvador usé dos camisetas… Una se la di a Jonny Palacios –compañero de selección-, y la otra a mi esposa”, se defendió. Y remató: “Ni siquiera soy amigo de Mel Zelaya”.

Entonces salieron los periodistas del otro bando y acusaron a Mel Zelaya de mentiroso.
“Ha quedado demostrado una vez más que ese señor no tiene valores morales y que distorsiona la realidad”, ladraron. “Nunca dije que esa camiseta era una de las que usó mi hijo ante El Salvador; jamás oculté que fui a comprarla… Incluso tenía la etiqueta”, dice Flor Guevara.

Pero al final, lo más seguro es que Mel Zelaya les cuente algún día a sus nietos que tiene la camiseta que Amado Guevara usó aquella noche en que Honduras logró la clasificación al Mundial de Sudáfrica. Después de todo, ¿cuándo hemos escuchado a un político decir la verdad?

1 comentario:

  1. Qué bueno el artículo. A ver si seguís expandiendo la nómina de corresponsales por todo América Latina

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