domingo, 20 de febrero de 2011

Cavani el miedica y otras italianadas

Por Rocheteau
A nadie le gusta que le pongan el cañón bien fresquito de una pistola en la boca cuando va a trabajar. La diferencia entre los futbolistas y el común de los palermitanos es que los de la pelota pueden elegir trabajar en otro sitio. Que se lo pregunten a Cavani, el delantero uruguayo del Nápoles que asombra a Europa con sus 20 goles.

Pero empecemos con Abel Hernández, también charrúa, también atacante, conducía el miércoles con destino a Boccadifalco, la ciudad deportiva del Palermo. Un motorista se le acercó, dio un giro brusco y provocó un accidente leve. Hernández salió de su imponente vehículo y se encontró a los pocos segundos mordiendo un cañón de pistola, sujetada por un tipo que había preferido dejarse el casco.

La escena era contemplada por todos los conductores que pasaban. Se ignora si llamaron o no a la Policía. Sí se sabe que en pocos minutos, a Abel Hernández le limpiaron lo que llevaba en billetes, una pulsera por valor de 20.000 euros (¿quién lleva pulseras por valor de 20.000 euros para ir a jugar al fútbol?), una diamante que llevaba como pendiente (¿quién se pone diamantes en las orejas para ir a jugar al fútbol?) y otro pendiente recuerdo de su madre (Imaginaos durante sólo un momento con un pendiente cualquiera de vuestra madre. En fin, dejemos los aspectos freudianos y concentrémonos en el fútbol que si no…).

Abel Hernández no pasó de una visita por comisaría para denunciar, unas declaraciones tópicas (“mucho miedo pero qué fantástica es la gente de Palermo”. Ya, seguro que el ladrón era tifoso del Catania) y la promesa de que no cambiaría de club. Porque en la entidad rosa y negra ya estaban temblando al recordar lo acontecido con Edinson Cavani, el nueve uruguayo que tiene al Nápoles en lo alto de la Serie A y se parece a Rivaldo en la cara, con brackets de adolescente fan de Britney Spears y melena de aborigen.

En la misma carretera donde limpiaron a Abel Hernández, en diciembre de 2009, otro motorista rodaba junto al coche de Cavani. No le sacaron ni un euro, pero le estropearon el coche a cadenazos, y el killer llamó esa noche al presidente Zamparini para pedirle el traspaso. Vamos, que nueve seguro que es, pero 'killer', poquito.

Seis meses después fichaba por el Nápoles y el resto de la historia ya se conoce. Cavani se fue de Málaga a Malagón, pero en Nápoles ya se han preocupado de que los chicos no molesten a Cavani, que les puede dar el primer título desde que dejasen de ver la melena rizada de Diego Armando Maradona.

Coda: Gattuso vs 'El tiburón'

Gattuso es un ignorante y lo reconoce. Ya que no conoce la historia de su país, al menos alguien debería enseñar a Gennaro la historia del Milan AC. Entonces seguro que habría oído hablar del desdentado de aquí al lado. Joe Jordan. Conocido en San Siro como “lo squallo” (“el tiburón”), por su irredento carácter (seguro que no por los incisivos que le faltaban)

Marcó 12 goles en 52 partidos. Marcó en tres mundiales diferentes. En su tercer y último año en Italia jugó en el mítico Verona del 83 que consiguió quizás la última epopeya modesta del fútbol italiano y logró el scudetto con Elkjaer Larsen.

Esta semana Gattuso se enfrentó a él, ahora adjunto de Redknapp en el Tottenham, y le dio un cabezazo. Lo dicho. Gattuso, no es que seas bruto. Es que eres un ignorante