Desde luego que la Iglesia es una máquina de comunicación bien engrasada. Porque en plena resaca de los escándalos por la ocultación de violaciones en masa y worldwide por parte de seminaristas, curillas, señores párrocos y doctos obispos; con el islam y los evangélicos comiéndoles la tostada en las capas populares del Tercer Mundo y la COPE a punto de arrebatarle a Larry King y Christiane Amanpour a la CNN para su nueva temporada, la verdad es que hay que tener gente disponible para lanzarse a una cruzada contra los horarios del calcio.
En un arrebato florentiniano, a los dirigentes del fútbol italiano, les entró un ataque de cordura marketiniana para intentar arrebatarle algo de cuota de mercado a la Liga y la Premier (muy por encima en audiencia mundial) y decidieron fijar un partido semanal los domingos a las 12.30. De rebote, luchaban contra la violencia creciente en los estadios italianos, con una táctica british: a esa hora no hay borrachos, los críos no tienen problemas de horarios y se favorece el fútbol como espectáculo para todos los públicos.
Hete aquí que a la Santa Madre Iglesia no le gusta que el doblar de las campanas dominical se confunda con los alaridos del gol. Como luego los del AS nos acusan de manipuladores, y no queremos un conflicto semejante con el Vaticano, que lo explique Carlo Mazza, obispo de Fidenza, director de la Fundación Juan Pablo II para el Deporte y encargado en la Conferencia Episcopal Italiana de la pastoral tiempo libre, turismo y deporte (en el currículum no se precisa si con o sin sotana): “Creo que este anticipo a las 12.30 es verdaderamente deletéreo [adj. mortífero, venenoso. U. t. en sent. fig.] desde todos los puntos de vista, tanto para los jugadores que salen al campo como para la familia, el mayor problema”.
“Con partidos los sábados y los domingos, este untar fútbol en todo el tiempo del hombre y del domingo me parece forzado ”. Todo un hallazgo eso de “untar fútbol en el tiempo del hombre”, pero al Lyssavetzky vaticano le traiciona la insinceridad. No se atreve a decir que si ya va poca gente a misa, en competencia con el fútbol, los bancos de las iglesias van a parecer el estadio del Cosenza en un partido de Copa.
Pero para eso está Clauido Giuliodori, ex futbolista de Tercera y a la sazón obispo de Macerata: “El problema no es la misa. Nos parece excesiva la extensión de manifestaciones a lo largo del domingo, en perjuicio del tiempo para la familia, para las actividades sociales y para el rezo”. Claro, porque ahora que no hay fútbol a las 12.30, no se ve un italiano por la calle a esa hora: están todos de rodillas musitando salmodias.
Al infierno, con Gol TV
No es la primera incursión de la Iglesia contra el belcebú de las masas. Ya consiguieron (leer “No te cagues en Dios que gana la Juve”) que, a partir de esta temporada, una mínima blasfemia equivalga a una tarjeta roja. Los fanáticos de la acera de enfrente ya intentaron prohibir la camiseta del Inter (y del Huesca). Y en Israel, los de las trenzas ya intentaron forzar que la selección no juegue en sabbath.
No es la primera incursión de la Iglesia contra el belcebú de las masas. Ya consiguieron (leer “No te cagues en Dios que gana la Juve”) que, a partir de esta temporada, una mínima blasfemia equivalga a una tarjeta roja. Los fanáticos de la acera de enfrente ya intentaron prohibir la camiseta del Inter (y del Huesca). Y en Israel, los de las trenzas ya intentaron forzar que la selección no juegue en sabbath.
Hace 15 años, la Iglesia italiana ya se levantó contra el horario de un partido, un peligrosísimo Atalanta-Udinese, jornada 30º, porque coincidía, a las 20.30h, con el Via Crucis del viernes santo. Al final, los del sagrario se salieron con la suya y el encuentro fue adelantado a las 18 horas.
A mí, personalmente, el domingo siempre me pareció un coñazo. No tengo nada en contra de que la gente se vista de negro y canten cogidos de las manos. Ni siquiera me parece peor ser monaguillo que boy scout. ¿Por qué la obsesión de las religiones en limitar la libertad? ¿Podrían dejar de preocuparse por nosotros, catetos desposeídos de luz divina, atávicos materialistas, embebidos hinchas furibundos en busca de nuestra dosis de pan y circo?
Si tan necesitado está el hombre de espiritualidad, que nos dejen elegir. Porque yo veo más inspiración divina en un control de Messi que en la casulla de un panzudo moralista. Y no me importaría ir al infierno si tienen Gol tv.
Igual, 15 años después, muerto el Papa que fue portero, Italia ya es capaz de decidir por sí misma a qué hora se juega un simple partido de fútbol. Y que en el Vaticano a alguien se le escape: “Con el calcio hemos topado”.
Si tan necesitado está el hombre de espiritualidad, que nos dejen elegir. Porque yo veo más inspiración divina en un control de Messi que en la casulla de un panzudo moralista. Y no me importaría ir al infierno si tienen Gol tv.
Igual, 15 años después, muerto el Papa que fue portero, Italia ya es capaz de decidir por sí misma a qué hora se juega un simple partido de fútbol. Y que en el Vaticano a alguien se le escape: “Con el calcio hemos topado”.