domingo, 1 de agosto de 2010

Sarkozysmo futbolero: a la guerra, sin cascos

Hoarau, delantero PSG: "Critica, chucho, que no te escucho"
Por Rocheteau
Una epidemia de ley y orden se cierne sobre el fútbol francés. Los chicos malos que tiraron el Mundial por el desagüe en Sudáfrica han despertado una inesperada ola de sarkozysmo futbolístico. Los hinchas gritan: “¡mano dura con los niñatos!”. Y hay un presidente que ha decidido una vía intermedia entre el florido pensil y los famosos por su poca dulzura CRS (antidisturbios franceses): prohibir la estética rapera de los futbolistas franceses y empezar por los horrendos cascos XXL con los que escuchan música a todas horas.

Michel Guyot, presidente del recién ascendido Brest, fue el primero en sacar las espuelas. “La gente está harta de esos cascos y del desdén que suponen en público. Cuando nuestros jugadores salgan del autobús o del avión con los cascos les caerá una multa. En contacto con los hinchas, entonces estarán terminantemente prohibidos”.

El ejemplo de nuestro amigo Guyot, impagable: “Cuando Thierry Henry fue a ver al presidente de la República (Nicolas Sarkozy), no se los puso. En cambio, durante el Mundial no se los quitó. Eso significa que hay gente a la que se respeta, y yo deseo que nuestros espectadores lo sea”.

Es innegable que los franceses han hecho un mundial de mierda. Vale. En la selección nacional hay cuatro o cinco (de ellos, uno jugó en el Real Madrid y otro estuvo a punto de hacerlo) que si no hubiesen acabado corriendo delante del lateral habrían terminado haciéndolo delante de un gendarme. Vale. Y la mayoría de ellos necesita una educación o, en su defecto, un par de consejos sobre a) cómo comportarse, b) cómo vestirse, c) cómo hablar.

Pero pensar que prohibir los cascos de aparcaaviones va a servir para que estos chicos encuentren la recta vía es como si el presidente de la Federación Italiana prohíbe la gomina en los cráneos de los internacionales para que escarmienten después de su patético paso por Sudáfrica. Dicho lo cual, el trauma sería insoportable para algunos. Pero no creo que obedecieran más al entrenador ni que Iaquinta de repente supiese usar los pies.

Como camellos de The Wire

Lo que hace la Ligue 1 es simplemente copiar a la NBA, cuando David Stern decidió que tener una pléyade de estrellas vestidas como camellos de The Wire, portando armas en la guantera y fumando marihuana igual no era un buen negocio. Yo el argumento lo pongo en duda. Pero, en cualquier caso, Stern les obligó a ir vestidos “como Dios manda”, que se dice por aquí. Traje, corbata... y luego les siguen pillando con armas en la guantera y fumando marihuana, pero eso ya no hay quien lo controle.

En Francia no se trata de una decisión de la Liga, sino de cada club. Pero la medida del presi bretón gustó tanto que los demás se han subido al carro enseguida. El Olympique de Marsella también ha prohibido los famosos cascos del iPod en público. “El fútbol tiene que salir de la torre de marfil. Hay que hacer esfuerzos para abrirse a los que están a nuestro lado. Eso pasa por gestos simples”, dice Jean-Claude Dassier, presi del equipo marsellés, imitando a un psicólogo de programa de radio. Una teoría compartida por el nuevo seleccionador nacional, Laurent Blanc.

¿Y qué opinan los jugadores? Pues un tipo cabal como Mamadou Niang, al que además le gusta llevar cascos (ver foto izqda), considera que se trata de una chorrada efectista: "El año pasado, escuchando música en los cascos, ganamos el doblete en Marsella. Es para concentrarse. dicen que es porque daña nuestra imagen. La verdad, no veo la relación. No es culpa nuestra que Francia jugase mal en Sudáfrica. Además, no creo que por quitarse los cascos vayan a ganar el próximo Mundial".

Otros hasta lo han defendido, como el de Lorient, Loïc Fery: “Para el jugador, es una forma de entrar en una burbuja y concentrarse para el partido”. Pero el único que ha puesto un poco de sentido común sesentayochista es Gervais Martel, presidente de Lens: “Con una prohibición, pasamos de un extremo al otro. Mis jugadores no son imbéciles y entienden la necesidad de abrirse más el público”. Si la afirmación es cierta y sus jugadores no son imbéciles, vaya suerte tiene el presidente del club nordista. Lleven o no lleven cascos de aparcaaviones.

1 comentario:

  1. Saludos!

    Me imagino que lo siguiente será prohibir las trencitas en el pelo, o los teñidos coloristas como los de Cissé.

    Hace ya un tiempo Passarella no dejo que Redondo jugase por la selección por llevar el pelo largo -aquel peinado que tanto imito Guti-, o al menos eso dice la leyenda. Que follonero era aquel Redondo.

    Medida efectista sin duda... se admiten los cascos de ipod combinados con la capucha de sudadera al estilo Anelka?... jeje

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