martes, 23 de noviembre de 2010

Córcega, fútbol a ritmo de kalashnikov

Por Rocheteau
Estamos todos de acuerdo en la profunda trascendencia de 22 tipos disputándose un balón a patadas. Me pregunto entonces qué es el fútbol salpimentado con ráfagas de kalashnikov por el control del tráfico de drogas (¿y del fútbol?) en el sur de Córcega. Un lugar donde el tiki-taka no es un estilo de juego, sino el sonido del percutor.

El AC Ajaccio es un club ascensor de la Ligue 1 francesa, que lleva cuatro años ya encallado en la Segunda y no paladea el éxito desde que partiese Sebastián Squillacci, a principios de la década. “Un populu, una cità, una squadra”, reza su lema. El Athlétic Club Ajaccio, a pesar de su anglófona denominación, trasuda nacionalismo corso y su presidente, desde julio de 2008, es un tal Alain Orsoni. Algo así como si Arnaldo Otegi presidiese dentro de unos añitos la Real Sociedad (ambos, por cierto, tienen en sus currículos sendas condenas por apología del terrorismo).

Orsoni se dio a conocer en 1975 en la acción contestatario-terrorista fundadora del movimiento indepentista corso, en la que murieron dos gendarmes. Fue arrestado años más tarde por ametrallar la embajada de Irán, como miembro del Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC). Y ésos son sólo algunos de sus méritos como gudari mediterráneo.

Es cierto que el independentismo corso siempre ha estado teñido con ribetes de mafia pseudo-marsellesa más que de movimiento con reivindicaciones políticas, al estilo de ETA o el IRA. Escisiones, guerras internas por el control de los tráficos de armas y drogas, peleas clandestinas… de las que Orsoni, más cuco que otros convencidos compadres, se salió a mediados de los 80 para dedicarse a la política y a sus florencientes negocios. A su hermano no le dio tiempo. Militante del FLNC, lo asesinaron en el 83. Su hijo lleva 14 meses en la clandestinidad y la policía lo considera sospechoso de asesinato. Pero Alain Orsoni no hay partido que no disfrute en el palco del Stade François Coty, que los nacionalistas prefieren llamar Timozzolo.

De ex terrorista a presidente del Ajaccio

Si este grupo de ex terroristas y hampones se hubiese dedicado al transporte de flores o la venta de piscinas prefabricadas, este artículo no tendría razón de ser. Hete aquí que Orsoni y sus amigos, entre ellos Antoine Nivaggioni, montaron, ¡oh, sorpresa!, una empresa de servicios de seguridad. Tenían callo.

Ni qué decir que les llovieron clientes solícitos y entusiastas sin cartas de extorsión ni otros gastos de franqueo postal. La gente entendió a la primera que era mejor que pagar el impuesto revolucionario, además de forma legal y hasta te ponían un ‘segurata’ en la puerta.

El dinero llama al dinero, y el dinero al cuadrado, al mal gusto y al fútbol. Este viejo adagio marbellí se cumplió al dedillo con Orsoni y Nivaggioni, notos futboleros, notos ex terroristas y, después, notos presidente y directivo del AJ Ajaccio, respectivamente.

El 22 de octubre pasado, jugadores del AC Ajaccio, con sus banderas bretonas blanquinegras en ristre y una foto gigante en el centro del terreno de juego, rindieron homenaje a Nivaggioni. ¿Por qué? El 18 de octubre, dos encapuchados que saltaron de una camioneta lo machacaron a ráfagas de metralleta, mientras un tercero lo remataba surgiendo de un portaequipajes instalado en el techo del vehículo. A la corsa.

Mediocentro sin clase pero con gatillo

Nivaggioni, otro balarrasa, se fugó en 2007, la víspera del día en que la Policía había decidido detenerle. Catorce meses vivió escondido de la Justicia. En enero de 2009 fue detenido y en septiembre puesto en libertad por un error de procedimiento.

¿Qué tiene que ver todo esto con el fútbol? Aparentemente nada, pero…

El 18 de octubre, la policía francesa detuvo a tres hombres como cómplices del asesinato. Entre ellos Christophe Ettori. Uno de esos tipos con capacidad para ser futbolista. Y sin talento para ser un futbolista. Eso que en las divisiones inferiores se llama mediocentro pero resulta ser todo lo contrario a Xabi Alonso. Con la edad, seguía sin talento, pero además sin velocidad. Y se reconvirtió en defensa central.

Ettori dividió su carrera entre la segunda y la tercera, jugó en Toulon, Toulouse y Créteil y llegó a probar en el AEK Larnaca chipriota. En 2007 recaló en el Gazélec Ajaccio, club de regional donde este año comenzaba como director técnico. El Gazelec es el rival emotivo en Ajaccio del AC (fueron fundados ambos en 1910), aunque a años luz en nivel deportivo. Ettori no podía ni ver a Nivaggioni, de un clan rival, en lo nacionalista, y en lo futbolístico. Ahora ve los partidos del Ajaccio en la televisión de su celda.

¿Qué tiene esto que ver con el fútbol? Seguramente nada, pero es mucho más interesante que 22 tipos disputándose un balón a patadas.

2 comentarios:

  1. Creo que mentar a Otegi no viene al pelo en esta entrada, ya que en ningún momento se le ha acusado a él de integración en banda armada.

    Hay presidentes en el fútbol español con oscuros pasados, sólo hay que pensarlos

    ResponderEliminar
  2. Que verguenza de artículo. Imaginar, suponer, igual que la prensa rosa. "tengo una fuente que me dice que igual la empresa de seguridad extorsionaba......por lo tanto....extorisonaba"
    No tendran ustedes mafiosos para meterse en el "furbo español" Pero claro, esos estan cerca y dan mas miedito.

    Pena que el firmante no se va de vacaciones a Corcega...

    Por cierto, las "banderitas" serian corsas y no bretonas. aunque me imagino quepor la ideologia del personaje que escribe el artículo todos los pueblos sin estado estan formados por terroristas que sólo quieren matar buenos ciudadanos, franceses, españoles, turcos,.... Es decir carne de prisión (o de peloton de fusilamiento)

    Ahhh solo faltaba gritar "Vive la France"

    ResponderEliminar