Por Rocheteau
Hasta que salió hoy por la puerta del centro penitenciario Jaén II, José María Sagarduy, Gatza, llevaba 31 años en prisión. Era el recluso etarra más veterano con casi 31 años a la sombra, viendo a su Real Sociedad por la pantallita de la tv de la celda… cuando la retransmitían. O sea, rara vez.
A Gatza lo trincaron en plena época de gloria realista. Aquella temporada 78-79, el equipo que luego sería bicampeón ya calentaba motores y terminó tercero. En el bar Azul de Gernika, la noche del 2 de noviembre de 1978, el patrón Bonifacio Idoyaba rellenaba el boleto de la Quiniela. Debía de estarse pensando qué poner en el Hércules-Athletic (acabó 0-1), porque el ‘uno’ a la Real parecía claro, a tres días de recibir al Rayo en Atocha (acabó 2-0). En ese momento, sonaron siete disparos Parabellum 9 mm.
A un cliente le cayeron cinco y no se levantó. A su novia le dieron dos, y todavía lo cuenta.
Por ese asesinato, Gatza entró en la trena. Todavía le dio tiempo a celebrar en la clandestinidad la clasificación para la UEFA de la Real, con los 20 roscos de Satrústegui. El Athletic cumplió la papeleta con su noveno puesto y el Osasuna todavía moraba en Segunda.
Seguro que ahora que puede consumir todo el fútbol que le dé la gana, se preguntará si los equipos vascos mantienen las esencias euskaldunes del patapúm o se han vendido al ibérico e imperialista tiki-taka. Gatza respirará aliviado: el RH del fútbol vasco sigue intacto.
Imperialista tiki-taka
Nos lo cuenta GARA en un artículo clarificador, como su título: “Los datos no mienten, el fútbol vasco sigue siendo muy inglés”. Basta agarrar la clasificación de centros a la olla de los equipos ligueros. El primero, el Athletic. ¿Segundo? Osasuna. ¿Tercero? Pues sí, la Real Sociedad. El nuevo Zarra o Julio Salinas del Athletic es un poco menos tosco, pero todavía más grande, Fernando Llorente. Los centros le caen de Iraola. Lo divertido es la media: 31,74 por partido (o sea, uno cada menos de tres minutos). Tras Sarajevo no se había visto semejante asedio.
El Osasuna ha cambiado a Irigibel o Robinson por dos tanques como Pandiani (13 goles de cabeza en las dos últimas ligas, 9 con los pies) y Aranda. Y la Real Sociedad repatrió a Joseba Llorente, que no es Kovacevic, pero ahí le anda, a cazar los envíos de Xabi Prieto y Griezmann.
¿El que menos centros tira al área? El Barça, por supuesto. Vamos, que la ikurriña no es una copia de la Union Jack british sólo por casualidad. Y Gatza ya no podrá ir a Atocha, sino a Anoeta, pero no verá un fútbol muy diferente...
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miércoles, 13 de abril de 2011
El fútbol vasco y su RH: los centros, a la olla
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Luego os quejais de que se mezcla fútbol y política... ¡si tu eres el primero que lo hace! Anda, pierdete por la meseta
ResponderEliminarBueno, la diferencia entre aquellos primeros años de la década del '80 y estos es que ya no hay jugadores lo suficientemente finos para mandar centros. Antes eran más medidos y con más ventajas para el que remataba (es decir, no iban a la olla). Ahora tal parece que ni siquiera van a la olla. Es curioso: mandan centros cada tres minutos, pero tal parece que no los practican en el entrenamiento, por lo imprecisos que resultan
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